La última gran ola migracional llegó junto con la irrupción de los europeos hispanos en estos territorios, particularmente en el valle del Mapocho, donde fundaron la cuidad Santiago del Nuevo Extremo (1541) que, como dijimos actualmente queda a unos 23 kilómetros .
No es necesario relatar la llegada de Cristóbal Colón y la expansión de los españoles en el continente, sólo diremos que la ‘apropiación’ fue completa y abarcó las más diversas áreas: jurídica, militar, territorial, poblacional, religiosa,; apropiación de las riquezas naturales y otras que debían elaborarse. Aquí se aplica, según la estructuración de la historia de Chile, el llamado Descubrimiento, Conquista y Colonia del país.
Antes, una vez dominada la capital del imperio inca, fueron abarcando sus territorios y valiéndose de los gobernadores incas que tenían en terreno. Por comentarios supieron de grandes tesoros más al sur y también de extensos territorios que podían anexar al soberano de la península, se trataba de Chile. La ambición los trajo a estas tierras.
Al llegar Pedro de Valdivia al cerro Huelen (hoy Santa Lucía), envía patrullas a recorrer los alrededores, trayendo la noticia que extrañamente había numerosos ‘pueblos de indios’, entre ellos uno llamado Quilicura. Más tarde, una vez dominados los naturales, proceden a repartirse sus tierras y como doblegados que pasaron a ser, fueron entregados como servidores, sobre todo para labores agrícolas en diversas extensiones y haciendas.
Más tarde bajo una institución muy cercana a la esclavitud, conocida como la encomienda, hace figurar tristemente de nuevo a Quilicura, a este pueblo de indios se le otorgó la misión de albergar la “Encomienda de Quilicura” (1548 o 1563), en ella se concentró a indígenas locales, algunos de los alrededores del río Mapocho, también mitimaes (incluso diaguitas chilenos) y colonos incas, todos trabajando para un patrón español. A fines se siglo XVII se disuelve transformándose en pequeñas propiedades individuales y una aldea criolla, al mezclarse sus integrantes con españoles pobres y otros mestizos.
Se varios otros dueños de terrenos en Quilicura de los tiempos de la Colonia , son ellos los que en largos años van armando y reconfigurando los territorios que modernamente conocemos como los fundos. Entre los más conocidos: Lo Echevers, Lo Campino, Lo Boza, Lo Ruiz, San Ignacio, etc.
Es decir Quilicura se re-inventa en un pueblo criollo multi-racial, que recoge aportes de las cuatro grandes migraciones y logra permanecer en el tiempo. Con modestia absoluta y entendiendo que su realidad era abrumadoramente rural, no deja de mostrar su capacidad de proyectarse. Sus viñedos y agricultura, principalmente, llenaban el paisaje de verdes potreros, de la realidad del patrón y el inquilino, de trabajadores libres que eran contratados por temporadas.
PARTICIPACION EN CUASIMODO.
En la Colo-nia se inicia la tradición religiosa de Cuasimodo, según un historiador se sería en Colina y desde ahí llega a Renca (en la fecha que Quilicura formaba parte de su extenso territorio parroquial), según otros, ella se habría originado en Renca.
Como sea, la comunidad del pueblo de Quilicura, se integraba con gran entusiasmo aunque de manera muy sacrificada: personas del pueblo y de los fundos (patrones y empleados) formaban caravanas que se integraban a la comitiva oficial, pero para eso debía cruzar los cerros y llegar a la parroquia el Señor de Renca donde, a través de una misa, se hacía el envío. Las casas y fundos, por la época quedaban a gran distancia, situación que exigía gran sacrificio. Al terminar la jornada, había que volver y todo se cerraba con otra ceremonia religiosa. Luego, fatigados recién podían regresar a sus familias y comunidad.
¿QUÉ ES CUASIMODO?
Según la tradición de la Iglesia Ca-tólica , existe la obligación de comulgar es decir comer la hostia, un pequeño pancito que repre-senta el Cuerpo de Cristo, siguiendo el mandato de la Última Cena, por lo menos una vez en el año. En los creyentes que están enfermos e im-pedidos de caminar, se produce un conflicto al no poder cumplir. Así, fue los sacerdote decidieron llevarles la hostia, pero se encontraron con ban-didos que ultrajaban las especies sagradas y ro-baban sus pertenencias. Esta dificultad fue de-tectada por la comunidad quien se organizó en vistosas delegación que acompañaba al sacer-dote y disuadía los asaltantes. Sus atuendos poseen reminiscen-cias de vestuarios árabes o gitanos, también se adornan caballares y carretas. Por su parte, mu-chas casas del recorrido o donde hay enfermos, también engalanan los frontis con hojas de ár-boles, guirnaldas e imágenes religiosas.
En resumen, la poca población permitía que todos se conocieran y crearan lazos, a pesar de las diferencias sociales del campo, generando cierta transversalidad. Era una tierra marcada por el mucho esfuerzo de las rudas labores campesinas y el enamoramiento entre su gente y paisaje, con Quilicura.
El advenimiento de la República , poco o nada cambió esta geografía humana y económica, la gente modesta siguió viviendo en casas de adobe y tomando aguas de acequias, que luego filtraban. Pero a pesar de todo, había cierta alegría, los quilicuranos se sentían algo especiales.